El reconocido y siempre crítico lingüista Noam
Chomsky, una de las voces más respetadas y consolidadas de la disidencia
intelectual durante la última década, ha compilado una lista con las diez
estrategias más comunes y efectivas que siguen las agendas “ocultas” para
manipular al público a través de los medios de comunicación.
Históricamente los medios masivos han probado ser altamente
eficientes para moldear la opinión general. Gracias a la parafernalia mediática
y a la propaganda se han creado o destrozado movimientos sociales, justificado
guerras, matizados crisis financieras, incentivado unas corrientes ideológicas
sobre otras e incluso se da el fenómeno de los medios como productores de
realidad dentro de la psique colectiva.
¿Pero cómo detectar las estrategias más comunes para
entender estas herramientas psicosociales de las cuales, seguramente, somos
partícipes? Por fortuna Chomsky se ha dado a la tarea de sintetizar y poner en
evidencia estas prácticas, algunas más obvias y otras más sofisticadas, pero
aparentemente todas igual de efectivas y, desde un cierto punto de vista,
denigrantes. Incentivar la estupidez, promover el sentimiento de culpa,
fomentar la distracción o construir problemáticas artificiales para luego,
mágicamente, resolverlas, son sólo algunas de estas tácticas.
LAS 10 ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MEDIÁTICA
1- La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia
de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los
problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y
económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas
distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la
distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por
los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la
psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del
público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por
temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin
ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja con los otros animales (cita
del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.
3- La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta
aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. De esa manera
condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (como el neoliberalismo) fueron
impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones,
precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran
ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si
hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4- La estrategia de diferir
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de
presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en
el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio
futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado
inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a
esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido
podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea
del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para
causar un corto circuito en el análisis racional y por ende al sentido crítico
de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional
permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar
ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones o inducir comportamientos.
7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las
tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La
calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más
pobre y mediocre posible, de forma que el nivel de la ignorancia que planea
entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca
imposible de alcanzar para las clases inferiores” (ver Armas silenciosas para
guerras tranquilas).
Promover en el público la idea de que es moda el hecho de
ser estúpido, vulgar e inculto.
9- Reforzar la autoculpabilidad.
10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se
conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances
acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los
conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites
dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada,
el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de
forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al
individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la
mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre
los individuos, mayor que el que los individuos tienen y ejercen sobre sí
mismos.
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